lunes, 25 de febrero de 2013

¿Cómo será mi futuro?




...dices... ¿Cómo será mi futuro?...

Observa lo que piensas ahora...
Observa lo que tu boca dice ahora...
Observa lo que tu cuerpo hace ahora...

... porque, sea lo que seas en el futuro, será la consecuencia de lo que estás creando en el presente.


viernes, 22 de febrero de 2013

... nada que atrapar.



Observamos las cosas a través de nuestros anteojos tintados. En el Budismo llamamos a eso “karma” o “ilusión”. El mundo que nos satisface y el mundo que nos desagrada son fabricaciones nuestras.

Dices que lo has visto con tus propios ojos, pero ¿hasta que punto puedes confiar en tus ojos? ¿Quién establece qué es bueno y qué malo? ¿Quién establece qué es frío y qué caliente, quién decide sobre la victoria y la derrota y quién puede realmente decir si tu práctica es buena o no lo es? Cada uno lo ve a través de sus propios anteojos del karma y la ilusión. El mundo que vemos no es más que el conglomerado de nuestras ilusiones.

Un anciano que desde hacía años mantenía relaciones con la esposa de otro, ahora que está enfermo en cama cree que esa mujer –también ya anciana– le engaña con otro. Esta idea ilusoria es una proyección de su propio karma pasado, que ahora se presenta ante él de forma gráfica y concreta. Todo ese teatro que se monta la gente gira en torno a un espejismo. Nos dejamos engañar por las proyecciones de nuestro propio karma.

En la vida cotidiana nos dejamos llevar por nuestras caprichosas emociones de alegría o pena, de inquietud o felicidad. El ajetreo que podemos observar en las calles comerciales de Tokio, Nueva York o en Madrid, no es nada en comparación con el jaleo que reina dentro de ti. Es la consecuencia inevitable de tu karma pasado, que se manifiesta en muchas capas que se superponen unas a otras.

Tu vida es el resultado de tu propio karma. Lo que llamas frío o caliente, alegría o pena, lo llamas así sólo por comparación con tus vivencias pasadas, esto es karma. No existe, pero tampoco puede decirse que sea nada. En la vida no hay felicidad ni infelicidad, todo depende únicamente de tu perspectiva particular. Hay gente que incluso en la situación más dichosa se ahoga en su pena.

Por bien que te vaya, piensa que no es más que un estado de ánimo pasajero. Por mal que te vaya, piensa que también esto no es más que un estado de ánimo pasajero. No puedes tomarte todo eso tan en serio.
Nos aferramos a todo lo que nos rodea, nos apegamos a nuestras ideas y sentimientos sin darnos cuenta de que no hay en todo el universo que nos pertenezca, nada que tomar. Estamos tan desnudos como un recién nacido.

Todo lo que dices que es de tu propiedad, tan sólo lo has tomado prestado por el breve espacio de tiempo de tu vida. Hablas de victoria y derrota, de ganancias y pérdidas.Ve más allá de lo masculino y lo femenino, de la riqueza y la pobreza. Cuando trasciendas todo eso, al final comprobaras que no es más que una obra de teatro. Cuando contemples tu vida desde la perspectiva de la nada, verás que no son más que escenas de un confuso sueño. No hay ahí “sentido” ni “finalidad”.

La historia de tu vida es como el paso de las nubes. El vasto cielo es el vacío. No hay nada que atrapar, verdaderamente nada.


Extractos de "El zen es la mayor patraña de todos los tiempos" Kodo Sawaki