
Observa cualquier planta o animal y deja que te enseñe a aceptar lo que es, a rendirte al ahora. Deja que te enseñe a Ser. Deja que te enseñe integridad, que significa ser uno mismo, ser real. Deja que te enseñe a vivir y a morir, y a no hacer un problema de la vida y de la muerte.
He vivido con varios maestros Zen, todos ellos gatos. Los patos también me han enseñado importantes lecciones espirituales. El simple hecho de observarlos es entrar en meditación. Que pacíficamente flotan, en paz consigo mismos, totalmente presentes en el ahora, dignos y perfectos como solo pueden serlo las criaturas sin mente.
Sin embargo, ocasionalmente estalla una pelea entre ellos; unas veces sin razón aparente y otras porque uno invade el territorio del otro. Normalmente la pelea sólo dura unos segundos y a continuación se separan, nadan cada uno por su lado y mueven vigorosamente las alas unas cuantas veces. Después siguen nadando tan pacíficamente como si la pelea nunca hubiera ocurrido. Cuando les observé por primera vez, me di cuenta de que al mover las alas estaban liberando el exceso de energía generada para impedir que se quedara atrapada en su cuerpo y se conviertiera en negatividad. Actúan siguiendo su sabiduría natural; y les resulta fácil, porque no tienen una mente que mantenga vivo el pasado ni que construya una identidad basada en él."
"El poder del ahora" (Eckart Tolle)