El otro día tuve la suerte de escuchar por la radio la historia de un chico de 18 años llamado Albert Casals. Su vida, en un principio iba ser "normal" como la tuya o la mía, pero sufrió un importante "contratiempo", le diagnosticaron leucemia, una enfermedad a menudo mortal, pero que a él "sólo" lo dejó inmobilizado de cintura para abajo y en silla de ruedas.
Albert decidió colocar en el centro de su vida, el proyecto de ser feliz y dedicarse a él con todas sus fuerzas. Lo que le ilusionaba por encima de todo era viajar y conocer lugares nuevos, personas, culturas... y así lo hizo, y tras cuatro años viajando intermitentemente, consiguió su sueño, conocer casi toda Europa, Latinoamérica, Sureste asiático y próximamente el continente Africano.
Recorre el mundo a solas con la única compañía de su silla de ruedas y su mochila, viaja haciendo autoestop y pasa los días sin apenas dinero (Él mismo dice.. ¿El dinero... para que?)
Se alimenta con lo que trae el día. Vive sin miedo y sin preguntarse lo que ocurrirá "mañana".
En sus viajes, la noche no le supone ningún problema, duerme en la playa, en el parque, en el metro... y se asea en gasolineras (utiliza las duchas que ponen las estaciones de servicio para los camioneros). Cualquier acto diario que para nosotros supondría seguro un tremendo problema y la excusa perfecta para no movernos, Albert lo soluciona fácilmente con la ayuda de su imaginación.
Su enorme fuerza de voluntad y su espíritu de superación le han llevado a vencer su enfermedad y lo más importante, ha conseguido que su silla de ruedas no le suponga un obstáculo para vivir.
Derrocha optimismo y alegría en cada gesto, y pese a su enorme limitación, mira hacia adelante, esforzándose y disfrutando de las experiencias intensamente.
Su historia nos debe hacer reflexionar a todos sobre nuestras vidas y sobre la necesidad de vivir cada segundo de una forma consciente, de abrir bien los ojos y disfrutar de todas las pequeñas cosas que nos trae el día y que debido a la velocidad con la que nos movemos nos pasan totalmente desapercibidas.
En este mundo de velocidad y ruido, es importante "estar presente" a cada instante en todo lo que nos rodea (sea agradable o no) y vivir en armonía con nosotros mismos y con los demás. Ver el mundo sin el filtro de nuestra mente, nos ayudará a conocer mejor todo lo que nos rodea y lo más importante, nos ayudará a ser mucho más felices.
Nota:
Albert Casals, es embajador de la Fundación Step by Step y acaba de editar "El mundo sobre ruedas" (Editorial: Ediciones Martínez Roca), un libro que recoge las etapas más curiosas de los viajes que ha realizado en solitario desde que era un adolescente.
4 comentarios:
Hermoso proyecto de vida el de Albert, ser feliz! Un gran ejemplo su forma de afrontar las dificultades, o mejor dicho, lo que nosotros solemos llamar dificultades, en su caso se convirtieron en oportunidades.
Hay mucho que aprender de él, gracias por compartir su historia.
Besitos,
Desde luego que debemos aprender muchísimo de Albert. Es todo un ejemplo y a mí desde luego me abruma su enorme ilusión por vivir. Constantemente nos quejamos por pequeñeces, por cosas que realmente no tienen la menor importancia!!!
Un abrazo Soñadora y gracias!
Que decir... unos nos preocupamos por cosas banales cuando hay gente como Albert que no se dan por vencidos, que luchan, que no se detienen por que la vida les de un reves!!!
Cuanto nos queda por aprender, verdad Bruja Vaska?
Un abrazo y gracias por pasarte!
Publicar un comentario