Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas;
más comodidades pero menos tiempo.
Tenemos más títulos, pero menos sentido común;
más conocimientos, pero menos juicio;
más medicinas, pero menos salud.
Hemos ido a la Luna y hemos vuelto, pero nos cuesta cruzar la calle para conocer a los nuevos vecinos.
Hemos construido ordenadores que almacenan más información, para producir más ejemplares que nunca, pero gozamos de menos comunicación.
Nos hemos excedido en cantidad, quedándonos cortos en calidad.
Es la era de la comida rápida y la digestión lenta; de los hombres altos pero el carácter enano; de los grandes beneficios pero las relaciones superficiales.
más comodidades pero menos tiempo.
Tenemos más títulos, pero menos sentido común;
más conocimientos, pero menos juicio;
más medicinas, pero menos salud.
Hemos ido a la Luna y hemos vuelto, pero nos cuesta cruzar la calle para conocer a los nuevos vecinos.
Hemos construido ordenadores que almacenan más información, para producir más ejemplares que nunca, pero gozamos de menos comunicación.
Nos hemos excedido en cantidad, quedándonos cortos en calidad.
Es la era de la comida rápida y la digestión lenta; de los hombres altos pero el carácter enano; de los grandes beneficios pero las relaciones superficiales.
... Es la era en que hay mucho en el escaparate, pero nada en la habitación.
14 comentarios:
Hay mucho, si!!...pero casi nada se disfruta a pleno...hasta el tiempo se achica para las pequeñas cosas...a veces es triste...saludos...Maria
Si, hay mucho de todo y ya no se disfruta de lo que tenemos al máximo, hasta sacarle la última gota de jugo, al contrario, nos cansamos y necesitamos algo "nuevo" que nos calme de nuevo la ansiedad.
... tienes razón vivimos a demasiada velocidad.
Un saludo María
es una paradoja cruel, aunque a la vez es la puerta de entrada, la forma en que nos toca comenzar la trascendencia
cada época ha tenido sus formas crueles y cotidianas para aprender
la nuestra tiene que ver tanto con el consumo, con la acumulación, con lo cuantioso que ahí mismo, como en una especie de contracorriente, de contrarritmo, yace la oportunidad de experimentar lo verdadero
basta con detenerse, basta con algo de silencio, basta con acceder a lo sutil
basta con ausentarse, basta con concentrarse, basta con entregarse al entorno, aceptarlo y quedarse quieto para comenzar a escuchar, a interiorizar, a adquirir estado de presencia
basta con cosas así para comenzar otro camino, uno mejor, uno que no antagonice con esta vida moderna que es importante pero que vale tan poco
y es hermoso cuando empiezas a ver el mundo por un lado, y la verdad por otro, la luz, Dios
primera vez en tu blog, salu2...
Lamentablemente hay a nuestro alrededor una vorágine de materialismo, pero de cada uno de nosotros depende el tratar de llenar nuestro interior con espiritualidad, creo que sí podemos!
Besitos,
Hola Soñadora!!
Es posible cambiar nuestro interior y el de quienes están a nuestro alrededor, pero cambiar el mundo.... no se...el problema es que yo creo que el mundo está tremendamente enfermo.
Un abrazo Soñadora
Que tal Alberto!!
Tienes razón, cada época tiene sus pruebas de aprendizaje y a nosotros nos a tocado la era del consumismo, pero como dices basta con detenerse, algo de silencio y acceder a lo sutil. Con esfuerzo y constancia podemos conseguir ver la luz.
Un abrazo y gracias por pasarte por aquí!
Apreciado Fael-lo:
¡Que sabias las palabras de S.S. el Dalai Lama!
Son motivo de reflexión profunda y un certero diagnóstico de la sociedad actual.
Un fuerte abrazo.
Un abrazo Javier, gracias por pasarte por aquí!
Qué ciertas son todas estas afirmaciones.
Volver a la vida sencilla parece ser la única salida a esta locura de la civilización occidental, ¿no? Pero, ¿soy capaz de renunciar a todo? ¿Es necesario renunciar a todo?
un abrazo fuerte
Hola Magnolia!!
Yo creo que si de verdad nuestra vida necesita un cambio, seremos capaces de renunciar... ¿a todo?... si, a todo lo innecesario y superfluo.
Un abrazo, me alegra mucho verte por aquí!!
Hola!
Nadamos en la abundancia, tenemos más de lo que necesitamos, y no somos felices!
Por que no probamos a despejarnos de tanto materialismo y repartimos una parte ...
Empecemos por soltar un montón de cosas inútiles que almacenamos en los armarios y que nunca usaremos.
A cambio recibiremos una sonrisa que a la vez nos hará mas felices y libres de cargas..
Un abrazo
Si, Jurema, tienes razón, llevamos una carga innecesaria demasiado grande dentro de nosotros. Y lo peor es que no nos damos cuenta hasta que no llegamos al límite y nos sentimos mal.
Es tan importante ser conscientes... y sobretodo en el mundo en el que vivimos.
Un abrazo y gracias por pasarte por aquí!!
Qué cierto es todo lo que dices... A esta entrada le viene ni que pintada la última de Soñadora La lección de un pescador
Un abrazo.
Hola Sofía!
la histora del pescador es el día a día de nuestra sociedad, no nos conformamos con lo que tenemos, siempre tenemos sed de más.
Como dijo Drexler... "Quien no lo sepa ya lo aprenderá deprisa"
Muchas gracias por entrar y dejar tu huella
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