lunes, 19 de octubre de 2009

... Y solo se me ocurre amarte


Por fín llegó el día, después de algo más de nueve meses y bastantes horas de sufrimiento por parte de mi mujer, el 5 de Octubre nació Lucía, mi hija.

3200 gramos, 49 centímetros y unos enormes ojos curiosos me observaban mientras mis torpes manos la recojían con sumo cuidado.
Fue todo tan rápido que no podría recordar las miles de imágenes que pasaron en aquel momento por mi cabeza mientras me deslizaba por aquel eterno y frío pasillo que conducía hasta el paritorio, y una vez allí... al fondo... mi mujer todavía luchando dolorida, y un poco más a la izquierda, bajo una luz cálida de color rojo... ELLA, tan suave, tan llena de paz, tan sencilla, tan bonita.

Ahí estaba la mezcla de los dos, el motor del resto de mi vida, mi segundo gran amor.

"No existe un corazón que no resista, pero si lloras, quiero que mis ojos sigan cada lágrima tuya hasta que la pierda de vista.

La miro a ella y te miro a ti usar mi alma como una cometa y yo muero de ganas de encontrar la forma de enseñarte el alma...

...y solo se me ocurre amarte".

(A. Sanz-Y solo se me ocurre amarte)

6 comentarios:

Helena dijo...

Bien, era problema del ordenador. Con el portátil esto va genial!

Es una entrada realmente conmovedora. Es bonito leer tanta emoción condensada en unas poquitas letras...
Felicidades. Disfrutadla y saboread cada momento!!!
Un abrazo =)

Soñadora dijo...

Cuando amor en esta entrada querido Fael-lo, es un hecho que de hoy en adelante tu vida dará un giro y cobrará un nuevo sentido!
Besitos

Fael·lo dijo...

Hola Helena!!

Descuida, estamos detrás de cada movimiento suyo... no tenemos tiempo para nada más.

Un abrazo y gracias

Fael·lo dijo...

Hola Soñadora!

Si, sabemos que con su llegado nos va a cambiar la vida. Era muy deseada y estamos muy contentos con ella... aunque a veces se haga cuesta arriba.

Un saludo

Anónimo dijo...

Que maravilloso, la vida es totalmente diferente cuando un hijo llega! Felicidades! una hermosa etapa a comenzado! y me ha encantado lo que has escrito!

Un Abrazo.

Fael·lo dijo...

Hola Refugio Espiritual!
Desde luego que te cambia la vida, tener un hija para mí ha sido descubrir unas sensaciones que antes no conocía. Es lo más bonito que me ha pasado nunca.

Un abrazo muy fuerte.