lunes, 10 de septiembre de 2012

La sabiduría de las mandarinas


En las mandarinas está contenido todo el universo. Si queremos ser reales, podemos serlo a través de ellas, aunque si queremos seguir fingiendo, también lo podemos hacer a través de ellas. Las mandarinas nos brindan la oportunidad de estar presentes ante nosotros mismos y de no sufrir por nuestra estupidez. Comer conscientemente es un gran ejercicio para huir del sufrimiento y vivir plenamente, convirtiendo en real todo cuanto nos rodea.

Pelad la mandarina a sabiendas de que la estáis pelando, separad los gajos a sabiendas de que los estáis separando. Por último, saboread su textura, su fragancia y su sabor, tanto si es dulce como si está un poco ácida. Estando presentes nos convertimos en reales. Solo cuando somos reales, somos conscientes del mundo que nos rodea.

Adaptado de "El principe Siddharta - Las cuatro verdades"
Ferruccio Parazzoli/Patricia Chendi
Ed. Grijalbo

2 comentarios:

mikaela dijo...

Resulta que sí, que doy fe de que lo que dices es cierto: la alegría está hecha de mandarinas. Casan mal las mandarinas con el sufrir.

un abrazo :)

Fael·lo dijo...

Hola Ane!
Las mandarinas como cualquier momento presente al que le prestemos plena atención, son la llave para acabar con nuestro sufrimiento.

Gracias por tu visita!
Un abrazo