sábado, 12 de septiembre de 2009

Ejercicios espirituales


Esa voz que en mi cabeza ni se calla ni me deja no es conciencia, solo mi ego y yo.
Que parezco tan amigo de ese estúpido engreído que me aleja cada vez más de mí.
Criticando todo el día con esa absurda alegría construyendo mi cárcel conceptual.
Donde me deja encerrado en el suelo amordazado mientras él se va paseando.

...me gustaría saber de ti y verte.

Si en lugar de ser mi ego dejara salir primero a quien soy, realmente estaría bien.
Si aceptara que mis miedos, rabias y demás enredos forman parte aunque no quiera de mí.
Si entro en otra dimensión y busco sin más dilación a mi Cristo interno, a mi Buda…

Sería más sencillo, cien veces más sencillo y … fácil.

Esa voz que en mi cabeza ni se calla ni me deja no es conciencia, solo mi ego y yo.
Que empiezo a conocer sus trucos de hechiceros de verdugos no le dejo ya nunca el timón.
Esta nave tan preciosa que no se quien me la ha dado pero intuyo que tengo una misión.

Ejercicios espirituales contra todos mis males...



Sin calma pierdo contacto conmigo y con el mundo.


Shuarma -Más universo-


4 comentarios:

Sonia dijo...

Interesante... Me gusta. No te pueden hacer mal los ejercicios espirituales, todo lo contrario.

Un beso.

Fael·lo dijo...

Hola Sofía!!!

Cuando esa voz habla más alto que tú, cuando el murmullo no te deja descansar, es necesario detenerse y sentir.

Un abrazo muy fuerte y gracias por pasarte

Soñadora dijo...

Esa famosa vocecita que constantemente llama nuestra atención! A veces fastidia, a veces es atinada y nos guía, pero lo que es cierto, es que siempre está ahí!
Besitos,

Fael·lo dijo...

Si soñadora, ese es el problema, que siempre está ahí y no deja de moverse de un lugar a otro de la mente; no nos deja estar en calma.
Seguiremos trabajando en ello...

Un abrazo